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LunaDeMar -Cámina conmigo-

Apareces tú...

Apareces tú...

 

En los momentos que me siento más perdida,

Apareces tú, y me sacas de mi perdición.

Me inundas en un mar de tranquilidad,

de paz y de sosiego....

Apareces tú, y me llenas de aprendizaje,

de sabiduria, y de nuevas experiencias...

Apareces tú...

 

Apareciste en un momento duro,

y día a día, estás ahi...

Apareces tú...

Mientras tanto...

Mientras tanto...

Y mientras tanto...
yo te espero,
y te quiero todavía más...

Mientras te espero aquí sentada,
todo el mundo gira a mi alrededor,
recriminandose antiguos muertos,
antiguas guerras...

Y así... Mientras tanto,
aquí sigo,
y aquí seguiré...

Días tranquilos

Días tranquilos

 

Llevaba días sin escribir, y hoy me voy a saltar la costumbre de relatar, y por unos minutos me voy a permitir el lujo de cambiar mi forma de escribir, ya que hasta ahora, eran canciones, relatos y poemas breves. La cuestión es que me siento en la cumbre, me explico, creo que estoy en plena plenitud, o dicese mejor en mis días tranquilos. Por primera vez en mucho tiempo, siento la tranquilidad que un día perdí, la tranquilidad de ser yo, de sentirme yo, totalmente yo "La auntentica Sandra".

Aunque aún queda un largo cámino por recorrer, y quedan algunas puntillas por coser, y tejer, siento que voy por buen cámino y creo y tengo constancia de que la constancia y la fuerza que he tenido a lo largo de éstos años, me ha ayudado a ser lo que soy ahora, y sobretodo a conseguir lo que tengo ahora...

Soy feliz, aunque tal vez la felicidad se trunque, tal vez si... o tal vez no... estaré preparada para las desavenencias del futuro...

Ya nada es lo que era...

Ya nada es lo que era...

Ya nada es lo que era,
nuevos paisajes, nuevas fronteras,
delimitando mis gestos, mis costumbres.

Otra lumbre iluminará mis versos,
otros muertos mis soledades,
otras felicidades mis fiestas,
otras dudas mis certezas.

Ya nada es lo que era.

Me tendré que acostumbrar
a esta fría soledad
como un viejo con días contados a su enfermedad.

Y nombrarte o esperarte en un café,
y padecer otro principio,
y volver a los sitios en que me has abandonado,
y ser asesinado
allí donde te amé.

Ya sólo me queda
la vacía pena
del viajero que regresa.
Estoy tan perdido,
soy el asesino
de tantas primaveras.

Ya nada es lo que era.

Ya nada es lo que era,
recorreré las aceras
buscando una luz que me recuerde a ti.

¿Quién me acompañará ahora a los Alphaville?
¿Quién hará cicatriz mis heridas?
¿Quién descubrirá mis mentiras?
¿Quién facilitará mi huida?

Y es que ya nada es lo que era.

Ya sólo me queda
la vacía pena
del viajero que regresa.
Estoy tan perdido,
soy el asesino
de tantas primaveras.

Ya nada es lo que era.
Ya nada es lo que era.

Ismael...

Ismael...

La história de la Dulce Carola

La história de la Dulce Carola

Yo conozco la história  de un tipo que se enamoró desde una ventana.

Es la história de un amigo, vive en México, en el D.F., trabaja en la octava planta de un edificio, en unas oficinas en el centro de la ciudad.
Y un día, estaba con la mirada perdida en el smog del D.F. cuando bajó la mirada del cielo a la calle; o más bien del smog al cielo, porque allí estaba ella, la dulce Carola, de belleza soberbia, radiante cruzaba la calle, y a sus pasos se detenía toda la ciudad. En frente, había un edificio en obras, y todos detenían su ritmo frenético para observar aquella mujer.

Un obrero estuvo tentado de lanzarle un piropo, pero el de al lado le dio un codazo para callarlo; tal era el silencio litúrgico que imponía esa mujer. Y mi amigo se quedó embobado mirando aquella mujer, cruzando la calle... Ella iba pensando en lo suyo, pensando quizás en lo duro que iba a ser su nuevo trabajo en el restaurante de la esquina. Se quedó embobado viendo cómo la puerta del restaurante devoraba a aquella mujer menuda, y supo mi amigo que nada sería igual.

A la mañana siguiente, después de haber estado toda la noche pensando en aquella mujer, mi amigo salió a la ventana, se asomó... Y allí la encontró. Y aquella cita era diaria, aquella cita se convirtió en una obsesión; día a tras día mi amigo se asomaba a la ventana y la veía pasar, se preguntaba como sería ella, como sería su vida, como despertaría, como dormiría. Pasaban los días, y pasaban los meses, y mi amigo a veces creía percibir el perfume de ella desde lo alto del edificio, fíjate. Creía escucharla tararear una canción y la melodía le perseguía durante todo el día. Y pasaban los meses, y pasaron años... Y mi amigo asomado a la ventana, preocupándose cuando la veía caminar bajo la lluvia sin paraguas, preocupado cuando la creía ver mas delgada... Paso mucho tiempo, y muchas veces estuvo tentado de bajar los ocho pisos para decirle a aquella mujer, que: ¡que diablos! que la amaba. Pero no lo hizo.

Y paso mucho tiempo, cuatro años asomado a la ventana, y planeando el momento preciso para acercarse a ella... Y por fin tomo una decisión: sería este día. Ese día terrible, mi amigo se sorprendió un poco cuando no la vio pasar por debajo de su ventana, pero aún así se fue a buscarla al restaurante; buscó a Carola entre las mesas pero no la encontró, así que preguntó al encargado. Le dijo que Carola se había marchado, no del restaurante, del D.F... Se había ido a Acapulco con su familia, y no iba a volver más...

Y mi amigo supo del sabor amargo de la derrota. Supo que aquella mujer no volvería a cruzar por debajo de su ventana, y subió los ocho piso arrastrando los pies, y no se sorprendió cuando en la octava planta encontró a todo el mundo alborotado, de un lado para otro, frenéticos. Alguien con el rostro desencajado le dijo que la empresa había quebrado, que estaban en la bancarrota, así que todos en la calle. En un día había perdido todo: la mujer que amaba, el trabajo,... Volvió para casa, no muy sorprendido, todo encajaba. El mundo se derrumbaba y lo hacia todo de una vez

Durante mucho tiempo estuvo abandonándose en casa, sin saber que hacer, y solamente pensando en la Dulce Carola. Primero sin el valor para salir a buscarla a Acapulco, y luego sin la plata necesaria. Pasó otro año, 5 años desde que vio a Carola por primera vez, y decidió, pues, tomar una decisión. Empezó a buscar trabajo, pero mi amigo tenia 39 años, y en México no es fácil encontrar trabajo a esa edad, porque ya no eres el joven agresivo que buscan las empresas, sabes?, y en todas las entrevistas de trabajo le decían que no y que no. Así que mi amigo decidió tomar una decisión que cambió su vida. Decidió buscar a un coyote (un coyote en México es un tipo que se dedica a negocios turbios). Veréis, mi amigo buscaría a un coyote para que le hiciese una falsificación de la partida de nacimiento; mi amigo bien podría aparentar 34, así que le pediría al coyote una partida de nacimiento que dijera que tiene 34 para así poder acceder a algún puesto de trabajo. Así pues, mi amigo se fue para la Plaza de Santo Domingo, cerca del Zócalo, donde están los coyotes...Y ahí tienes a mi amigo perdido, colgado de un lado para otro. Se acabó perdiendo entre las callejuelas, y apareció en un callejón inhóspito, en un portal antiguo, viejo. Observó como un anciano le sonreía y le hacia señas para que le siguiera. Mi amigo siguió a aquel misterioso hombre, y supo que era un coyote. Le dijo: - yo soy tu hombre, se lo que necesitas, - si ya se, necesito una partida de nacimiento que falsifique que tengo 34, - vale, vale, dame tus datos. Empezó a tomar datos, y mientras tomaba datos, el viejo coyote, le dijo:

-¿ Alguna vez estuviste en Acapulco?

Y a mi amigo le dio un vuelco al corazón y se deshacía en el ácido del recuerdo, - Nunca.- El viejo le dijo: " Veras, yo vivo cerca de la autopista hacia Acapulco, cerca de Tepozán, ¿Conoces la curva del autopista?" ¿conocéis la leyenda, verdad?, mi amigo también; la del fantasma que hacía autostop en el mismo sitio, que se subía en el primer coche y desaparecía en la misma curva en que se mato... Aquella carretera estaba deshabitada. Casi nadie pasaba por allí por miedo al fantasma. mi amigo asintió, y el viejo le dijo: "Pues veras, muchas veces he estado tentado de agarrar la autopista para Acapulco y empezar de nuevo... Espera un momento". Y mi amigo, se quedó pensando en Acapulco y mil huidas. Al rato vino el viejo coyote, con los documentos falsos, y se fue para casa. Aquella noche sólo pudo dormir con el recuerdo de la Dulce Carola .

A la mañana, el teléfono sonó bien temprano. Alguien al otro lado le decía: "Oye que tienes que venir a la reunión, que es urgentísimo, que tienes que estar aquí, vente para la oficina!". Y mi amigo colgó el teléfono, maldiciendo al tipo al otro lado de la línea: "¡la oficina!..bah". El caso es que antes de despedirse, el coyote le había dicho: "Ten cuidado, vuelves a tener 34 años, no repitas lo errores". Y pensó en las palabras del coyote mientras se despertaba; encendió la radio, y en la radio las noticias de otras veces... Mi amigo buscando los papeles del coyote; no los encontraba... De repente alguien dijo la fecha: era la de hacía 5 años. Bajó corriendo las escaleras y compró el primer periódico que vio. Miró la fecha... y era la de hacía cinco años. Volvía tener 34 años. Agarró el primer taxi que vio, se fue para su oficina volando, subió las ocho plantas corriendo, y allí estaba todo igual: su mismo despacho, la misma gente...Y la misma ventana. Mi amigo se acercó a ella, se asomó y su aliento se detuvo; como toda la ciudad, al paso de la Dulce Carola. Todo empezaba de nuevo.

Ahí tienes a mi amigo, con todo el futuro por delante, o con todo el pasado, no se muy bien. Volviendo a mirar por la ventana y encontrándose con aquella mujer; ahora jugaba con ventaja, porque conocía los plazos del tiempo que le quedaba. Aún así, dejó pasar el primer año deleitándose, asomándose por la ventana, y planificando bien la declaración de amor; pensando en la pose precisa, en las palabras adecuadas, y dejó pasar el tiempo. Un día se presentó en el restaurante a la hora de comer, se sentó en la primera mesa que vio libre, y vio a Carola, deambulando entre las mesas, se acercó, se puso delante de él, y le dijo: "¿Qué desea?". Aquel era el momento, ésa era su oportunidad, así que su garganta se tensó como una guitarra, y mirándola le dijo:

"Una sopa de cebolla y un filete de ráchela bien cocido, por favor".

Carola tomó nota y se fue. Mi amigo se estuvo maldiciendo toda la noche, así que al día siguiente,ahí le tienes, sentando a la mesa, mirando a Carola, clavando sus pupilas en las de ella y diciendo: "una sopa de cebolla y unos tacos de camarones, por favor". Y al día siguiente, armándose de valor: "Una sopa de cebolla sólo, por favor". Y así, día tras día, asomándose por las ventanas viéndola pasar, y a la hora de comer asomándose a una sopa de cebolla... Y el tiempo pasaba. A veces mi amigo creía que ella fijaba su vista en él, y entonces, ahhhh amigo... Entonces las palomas del parque volaban, los borrachos en las tabernas brindaban a su salud, los feligreses en las iglesias se abrazaban, y los soldados en primera línea de fuego se daban largos besos en la boca. Qué va. Ella no reparaba en él. Y pasaba el tiempo, pasaban los días, pasaban los meses, y pasaban los años, años de sopa de cebolla. Por fin llego el momento; no podía retrasar más la declaración. Al día siguiente Carola se iba, y aquella noche casi no durmió mi amigo. Pero al día siguiente ahi se presento, se acercó a Carola como todos los días, y le dedico una sonrisa, quizás mas afectuosa que otras veces. El caso es que se hizo silencio un instante que pareció eterno, ahí pensó decir "Me gustas cuando callas por que estas como ausente", o no se, quizás, "¿Por qué me despierto de madrugada mientras todos duermen?" Pensó en decirle:" Me dueles mansamente, me dueles, quítame la cabeza, córtame el cuello, porque nada queda de mí después de este amor". Pensó en decirle simplemente: "Quédate conmigo, por favor". Y por fin: "Una sopa de cebolla, por favor". Era inevitable. Mi amigo comió la sopa de cebolla como un condenado a muerte, en calma y en silencio, y se fue para casa. Ni siquiera pasó por su despacho, sabia que la derrota era inevitable, y a mi no me sorprende mucho porque creo que alguien dijo una vez: que "los amores cobardes, no llegan ni amores, ni a histórias; se quedan ahí, ni el recuerdo los puede salvar, ni el mejor orador conjugar".

Al principio mi amigo se derrumbó, pero luego.... Luego también, pero trató de buscar de nuevo al coyote para encontrar la posibilidad de.... De yo qué sé. Y se fue para la plaza de Santo Domingo, y rebuscando encontró el nuevo callejón y el antiguo portal... Y no. Encontró una sucursal del Fondo Monetario Internacional; esos eran otros coyotes, no le interesaban. Así que recordó las palabras del viejo coyote: cerca de Tepozlan, recordó la curva del autostopista. Agarró el carro y se fue para allá... No se sorprendió cuando se encontró un poblado fantasma; aquel pueblo era una sombra del pasado, todo ruinas, abandonado desde hacía mas de 50 años. Empezaba a hacerse de noche. Mi amigo se sonrió, asumió la derrota y decidió volver a casa cuando ya era noche cerrada. Entró en el coche y, al poco de salir del pueblo, encontró a una chica haciendo autostop en el arcén. Mi amigo no lo dudó, paró, bajó la ventanilla, y "¿A dónde vas?": - al D.F. – "Pues sube", y al poco de subirse ella dijo: - tenga mucho cuidado en la siguiente curva. Y apenas pudo acabar la frase, porque en la última palabra sonó el reventón de una rueda, así que mi amigo, se tuvo que hacer a un lado de la carretera, y dijo: "disculpa"... Y tenías que ver la cara del autoestopista. Porque la curva quedaba lejos.

Bueno...Pues, se detuvieron, él bajó a cambiar la rueda, y ella con él... Y empezaron a hablar; una conversación trivial, pequeñas cosas, que fueron creciendo como bolas de nieve hasta convertirse en grandes cosas - ¿Y tú de dónde eres?, - Pues yo del D.F., y él le preguntaba :"Y a qué te dedicas", y ella decía: "antes estudiaba, pero ya no"... Al rato no sé que le estaría contando él porque ella se descojonaba de risa, y jamás nadie había tardado tanto en cambiar una rueda, la verdad. Y la noche pasaba, y mi amigo le empezó a contar la história de la dulce carola, del coyote, y de la ventana, y de la sopa de cebolla, y le decía a la mujer: "¿Te lo crees?", y la mujer decía:

"Si yo te contara... Yo sé lo que es desaparecer justo en el momento preciso, yo sé lo que es repetir la história una y otra vez.... Yo te entiendo".

- ¿Tu crees en los amores a primera vista? – ¿acaso existen otros?

Aquella mujer, la autostopista era hermosa, no se si tanto como Carola, pero era hermosa, triste pero hermosa. Aquel silencio fue eterno, y él le dijo: volvamos al coche, te llevo al D.F. Y mientras se subían al coche, el pensó en decirle: "Quédate conmigo, huyamos juntos a cualquier sitio, empecemos de nuevo, yo que se!", y quizás ella pensaba lo mismo, pero, sin embargo, dijo: "Ten cuidado con esa curva". Y mi amigo tuvo mucho cuidado, paso la curva, y con los ojos fijos en la carretera, mi amigo no se atrevía a mirar en el asiento de al lado. Quizás ella también se había marchado como la Dulce Carola y volvía a estar solo, y sabiéndose solo, se dirigió hacia la autopista y cuando iba a entrar en ella escucho una voz al lado que decía:

"¿Alguna vez has estado en Acapulco?"

Mi amigo miro en el asiento de al lado y hay seguía ella, ahora estoy seguro era mas hermosa que Carola, mi amigo dijo:" Nunca", y ella le dijo: "Pues llévame". Yse fueron, y así siguen en la carretera. Mi amigo no volvió a ver a Carola, porque lo importante no era Acapulco, lo importante era el viaje, y saber que hay que tener memoria para no repetir los errores y saber que la história no se debe repetir.

Sobre los fantasmas, no sé si creer. Yo no sé si hay vida después de la muerte. Hay gente que se cuestiona si hay vida antes de la muerte. Yo personalmente me cuestiono si hay vida antes de las 12 de la mañana...

El caso es que por aquella carretera ahora pasan después de media noche, no se si existe un coyote que me devuelva a mi pasado, no creo, pero yo personalmente no dejare que pases por debajo de mi ventana sin pedirte que te quedes conmigo, ni que subas a mi coche sin que emprendamos una urgente huida.

 

" Esta história, la cuenta Ismael Serrano, en el DVD de Principio de Incertidumbre, y fué tanta la emoción que sentí, que decidí, no solo escribirla aquí, sino en mi otro espacio, ya que quiero compartir con todos vosotros, cada uno de vosotros que pasaís por aquí, esta gran história, y no os dejaré, sin antes deciros, que la emoción es más amplia, cuando ves a Ismael, contandolá... por qué lo importante... es que... hay que tener memoria para no repetir los errores y saber que la história no se debe repetir"

Rick Blaine & Ilsa Lazlo

Rick Blaine & Ilsa Lazlo

 

Para que no hayan más despedidas...

 

Perdida...

Perdida...

 

Perdida me siento...

Torpe, ante la atenta mirada del presente...

Feliz, bajo la mirada del pasado...

El futuro, incierta incertidumbre...

¿Qué será?

Quien sabe...

El futuro y el pasado, dos palabras perdidas en mi vocabulario...

El presente, lo único que hay que vivir...

Día a día construyendo mi mundo interior

Día a día siendo yo misma...

Yo, Principio de Incertidumbre

Yo, Sencilla alegria, cuando miro alrededor,

cuando siento de que las cosas se van pudriendo... poco a poco...

Pero nunca renunciaré, a mi ser, a mi ser más preciado...

Volveré... y con nuevas noticias...

Volveré... y con nuevas noticias...

 

Hasta la vuelta....!!!

El amor no tiene precio...

El amor no tiene precio...

 

El AmOr, no se paga....

El amor, no se busca, sino se encuentra...

Nada es comparable...

Nada...

El AmOr, cuyo sentimiento es tan infinito,

pero... no todos lo hayan,

y quien lo encuentra, se puede considerar la persona más afortunada del mundo...

La semejanza bajo un mismo nombre : LA DESPEDIDA

La semejanza bajo un mismo nombre : LA DESPEDIDA

Los aeropuertos me llenan de tristeza. Están cargados por las penas de las despedidas que allí se acumulan, gente que marcha llevándose un rastro de vida tras de si.

Como Humphrey Bogart (Rick Blaine) en Casablanca me vi una vez despidiendo el avión en el que huía una mujer que no iba a volver. Malherido prometí no dejar marchar a más mujeres, una promesa perdida como tantas, como la de retirarme a tiempo, como la de no perder tu rastro, como la de sobrevivir a tu ausencia...

Pero yo no era duro y sentimental como Rick Blaine ni ella tan dulce y maldita como Ilsa Lazlo, ni ella vestía de azul, ni ellos de gris, así que quizá sea otro el final de esta película, quizá la niebla se disipe y deje ver el final del aeropuerto. Eso si, puede que este sea el comienzo de una hermosa amistad.

Por: Ismael Serrano.-

Por fin... el 11 de Marzo, nos veremos las caras...

Siempre Marilyn...

Siempre Marilyn...

Su espíritu sirve de inspiración para aquellos que luchan durante su vida en busca de la grandeza.

Dulces sueños

Dulces sueños

 Nada limpio a que jugar,
ni objetivos que cumplir;
tus ilusiones morirán...
días grises hasta el fin
y en tus ojos una luz se apaga.
Ojos tristes al mirar los mapas.
Ningún sitio a dónde ir,
ninguno al que regresar.
Nada que te haga reir,
nada que te haga llorar.
El amor de las viejas novelas
murmura un deseo a las estrellas.
Coge mi mano y duerme junto a mí;
si no te importa, me quedaré aquí
hasta el fin.
Sin mirarnos, sin hablar,
veremos el sol salir;
dulces drogas nos dirán
que hay un mar cerca de aquí.
Y en tus ojos otra vez la vida
tiembla en una vela consumida.
Y en el silencio te oigo palpitar;
siempre hay un alba en la que despertar.
Coge mi mano y duerme junto a mí;
si no te importa, me quedaré aquí.
Dulces sueños.
Escondidos de la noche
y de los horrores negros.

Mi luz, mi alegria...

Mi luz, mi alegria...

Muñeca de trapo

Muñeca de trapo

Como esos cuadros que aún están por colgar,
Como el mantel de la cena de ayer,
Siempre esperando que te diga algo más
Y mis sentidas palabras no quieren volar

Lo nunca dicho se disuelve en te
como el infiel dice nunca lo haré
siento que estoy en una cárcel de amor
me olvidarás si no firmo mi declaración

Me abrazaría al diablo sin dudar
por ver tu cara al escucharme hablar
eres todo lo que más quiero
pero te pierdo en mis silencios
mis ojos son dos cruces negras
que no han hablado nunca claro
mi corazón lleno de pena
y yo una muñeca de trapo

Cada silencio es un humilde quedar
detrás de mi sin parar de llorar
quiero contarte lo que siento por ti
quien escuchaba la luna de enero
mirándote a ti

Me abrazaría al diablo sin dudar
por ver tu cara al escucharme hablar
eres todo lo que más quiero
pero te pierdo en mis silencios
mis ojos son dos cruces negras
que no han hablado nunca claro
mi corazón lleno de pena
y yo una muñeca de trapo

No tengo miedo al fuego eterno
tampoco a sus cuentos amargos
pero el silencio es algo frío
y mis inviernos son muy largos
y a tu regreso estare lejos
entre los versos de algún tango
porque este corazón sincero
murió siendo muñeca de trapo.

El virus del miedo.

El virus del miedo.

Lo amaban, ni más ni menos,
y se sacaba cada mañana
las espinas del sueño.
Juraba y maldecía
y se enredaba en la alambrada
de la mansa rutina.

Vivía como tú o como yo.
Los viernes por la noche
iba a buscar a su amor.
Fumaba tranquilo,
planeaba la semana
y ella le arrancaba el cigarro
y lo besaba.

Y un día lo mordió el virus el miedo.
Entendió que las mujeres
nunca tienen dueño.
Y temió que ella marchase,
que se agotase el manantial
sin un por qué.
Venció el miedo y faltó a la última cita,
no descolgó el teléfono
que aullaba en la mesilla.
Y el temor a la derrota
lo agarrotó como un calambre,
sin un por qué.

Duro, intenso y precario...
Se enfrentaba cada día
al oleaje en el trabajo.
Y una mañana la cobardía
lo paralizó en la puerta
y no entró a la oficina.

Volvía a despertar
y empezaba el periódico
como tantos -por detrás.
Vio y sintió la noche
del planeta y su desastre,
tuvo miedo y decidió
no salir a la calle.

Y ahí lo tienes encerrado en casa,
temblando como un niño,
sellando las ventanas,
para no ver, ni escuchar,
sentir, notar la vida estallando fuera.
Por miedo a sentir miedo
fue a la cama,
como una oruga se escondió
y envuelto entre las mantas
se durmió,
hizo humo el sueño
y se olvidó del mundo
por miedo a despertar.

Aún sigue dormido.
Pasaron los inviernos
y aún sigue escondido,
esperando que tu abrazo
le inocule la vacuna
y elimine el virus del miedo
y su locura.

Declaración de Amor...

Declaración de Amor...

Fuíste mi esperanza,

mi sentido común...

Ahora, mi presente y mi vivir...

Junto a tí, espero cáminar...

 

Ich liebe dich

Las estrellas que acompañan a la Luna por sus andanzas en el cielo...

Las estrellas que acompañan a la Luna por sus andanzas en el cielo...

 E aquí una pequeña lista de mis estrellitas amigas/os

La Shari : Una increible poeta andaluza, para los amantes de lo urbano: http://www.charialanis.blogspot.com/

La otra Luna: Una lunita canaria, una gran romantica, como el nombre lo indica: http://spaces.msn.com/lossecretosdelaluna

Joselo: La metamorfósis de un pensador: http://spaces.msn.com/pasty82/

Klaire: Joven, pero madura a la vez, con unos escritos con un alto magnetismo: http://spaces.msn.com/klarins/

La Vida de Mentira: Un mundo diferente, original, una vida de mentira: http://vidadementira.net/?cat=4

Sergio: Kasinet, el optimismo en persona, con una fuerza increible: http://spaces.msn.com/members/kasinet/

Busgosu: La naturaleza en estado puro, mi ser más preciado, mi amor: http://spaces.msn.com/members/elirlandes83/

Habitando el olvido: Trascendental y filósofico: http://spaces.msn.com/members/habitandoelolvido/

Elena: Poetica y mística, con una sensibilidad pura: http://spaces.msn.com/members/elenamilena/

Andreu: El gran enigmático, un libre pensador: http://spaces.msn.com/members/enigmatico666/#toppage

Emociones

Emociones

Amo tanto, tanto la vida, que de ti me enamoré,
y ahora espero impaciente ver contigo amanecer.
Si se acaba este milagro, si se consume mi voz,
si me das un último portazo, ¿en qué calle moriré yo?

Estás tan bonita esta noche, te sienta el pelo recogido tan bien.
Pídeme cualquier deseo, poco te puedo ofrecer.
Lloras, gritas, bajo la lluvia, como el ángel Lucifer.
Somos de nuevo herida abierta, mala tierra trágame.

Trágame.

Amo tanto, amo tanto la vida, que de ti me enamoré,
y de amarte tanto, tanto, puede que no te ame bien.
Si yo fuera tu asesino conmigo nunca tendría clemencia,
y me condenaría a muerte, que es condenarme a tu ausencia.

Que no haya mas despedidas, que no eres Ilsa Lazlo ni yo Rick Blaine,
ni yo soy tan idiota, no te dejaría ir con él.
El próximo avión que tomes conmigo lo tendrás que hacer,
y el camino de regreso yo te lo recordaré.

Yo te lo recordaré.

Nace mi otro yo...

Nace mi otro yo...

Tras varios problemillas con mi otro blog, nace mi otro yo... aunque La Luna y Yo, sigue y seguirá en activo:

http://spaces.msn.com/lunademar1

no dudeís en visitarlo...